LA INFLUENCIA DE LA DIETA EN EL DEPORTE


EL DEPORTE Y DEPORTISTA
El cuerpo humano posee aproximadamente unos 600 grupos de músculos, los cuales representan el 40% del peso del individuo. Cada musculo está formado por miles de fibrillas, cada una de las cuales capaz de acortarse y alargarse desencadenando la contracción y relajación de músculo.
La energía  para el movimiento muscular viene principalmente de quemar ácidos grasos (procedentes de la rotura de las grasas) y glucosa (procedente de los hidratos de carbono). Los ácidos grasos procedentes de las grasas se encuentran en pequeña cantidad en el músculo y se almacenan principalmente en las células del tejido adiposo. La glucosa se almacena en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno. Las reservas de glucógeno hepático se convierten de nuevo en glucosa para mantener el nivel de glucemia en sangre. Sin embargo, el glucógeno muscular se reconvierte en glucosa que será utilizada como fuente de energía para la contracción del músculo.


 Tipo de deporte o ejercicio realizado:

  • En un ejercicio de tiempo corto (2-3 minutos) como un sprint donde los músculos trabajan más rápidos que la captación de oxigeno por parte de los pulmones y el bombeo del corazón, se utiliza la glucosa almacenada en los músculos y la glucosa interna servirá como aporte energético.
  • El ejercicio anaeróbico solo se puede mantener durante periodos cortos, ya que esta manera de obtener energía produce un subproducto (el ácido láctico), acumulándose y cambiando el pH
    intramuscular e interfiriendo la correcta contracción muscular. Una vez desaparecida la actividad extenuante, el cuerpo es capaz de proveer adecuada cantidad de oxígeno a los tejidos para romper las moléculas de ácido láctico acumuladas, volviendo la función muscular a la normalidad.
  • El ejercicio menos intenso pero más sostenido como correr (ejercicio aeróbico), en cual el sistema circulatorio es capaz de transportar a tiempo el oxígeno para satisfacer las demandas de los tejidos. Inicialmente el glucógeno suministra el 40 – 50% de la energía requerida pero incluso atletas entrenados solo almacenan glucógeno suficiente para dos horas de entrenamiento ininterrumpido. Cuando el ejercicio continua, gran parte de la energía viene de las reservas de grasa.
  • En el ejercicio de endurancia o resistencia, los ácidos grasos pueden llegar a suministrar hasta un 80% de las necesidades energéticas. La energía de la grasa almacenada es prácticamente ilimitada pero los músculos no pueden trabajar efectivamente solo con grasa, necesitan un aporte de glucosa.


 LA ALIMENTACION DEL DEPORTISTA

Entrenadores y deportistas, tanto profesionales como aficionados, saben que una alimentación adecuada permite optimizar el rendimiento físico y retrasar la fatiga. La dieta ha de ser equilibrada, variada y ajustada a las necesidades de cada deportista, al tipo y duración del ejercicio, al momento y a las condiciones en que se realiza.  Debe estar basada en los cuatro grupos de nutrientes básicos y debe estar compuesta por:

  • Dos raciones de del grupo de las carnes / pescados
  • Dos raciones de lácteos
  • Cuatro raciones del grupo de verduras / frutas
  • Cuatro raciones de cereales


¿Cuáles son las necesidades nutritivas?


HIDRATOS DE CARBONO
Son los nutrientes que mayor presencia deben tener en la dieta del deportista. Por ello se recomienda que un 55 – 60% de las kilocalorías diarias de la dieta deban ser en forma de carbohidratos. Atletas que entrenan cada día intensamente o con competición  en día sucesivos, deben aumentar estos porcentajes hasta los niveles de 65 – 70%. Un 80% de los HC que consume un deportista debe ser complejo y el resto simples.

GRASAS
Las cantidades de grasa que debe aportar la dieta en periodo de entrenamiento son las mismas que se recomiendan a la población general, con un predominio de grasas insaturadas sobre las saturadas. Parte de la grasa se utiliza para el funcionamiento del cuerpo en reposo, así como durante el ejercicio moderado y prolongado. Cualquier exceso en la dieta de carbohidratos o proteínas se convierte en última instancia en grasa. La degradación de las grasas o lípidos (lipolisis) se activara a los 20 min de ejercicio de baja o moderada intensidad. Como recomendación general una dieta con 20 – 25% del total de calorías provenientes de los lípidos sería lo prudente.

PROTEINAS
La RDA referente a proteínas es de 0,8 – 1 g/ Kg de peso en adultos. Diversos estudios han sugerido que ciertos atletas (deportistas de endurancia y deportistas de fuerza / potencia) podrían necesitar más proteínas que individuos sedentarios. Esto es debido a su aumento general en el total calórico en la dieta. Los requerimientos estimados para atletas están entre un 0,9 – 1,6 g / Kg de peso. Sin embargo, esta necesidad proteica superior no implica que los atletas deban ingerir dietas muy ricas en proteínas y atiborrarse de suplementos proteicos. La ingesta superior de proteínas respecto a las necesidades, no se podrá almacenar para utilizarla posteriormente, esto quiere decir que un exceso de proteínas será degradado por el hígado y será o bien quemado para dar energía o bien almacenado en forma de grasa pero NO para dar mayor masa muscular, al igual que la utilización de proteína para obtener energía produce una sustancia toxica para el organismo que se llama urea, que debe ser eliminada al exterior por la orina. Este proceso necesita una cantidad sustancial de agua y si un atleta está metabolizando mucha proteína, ello puede aumentar el riesgo de deshidratación. Pero no solo eso también puede causar problemas de salud como sobrecarga renal, proteinuria, descalcificación el exceso de proteínas.

VITAMINAS Y MINERALES


Si la dieta es equilibrada, variada y adecuada, incluye cantidad suficiente de vitaminas y minerales. Sólo se pautarán suplementos en casos específicos y de mano de un profesional.


LA HIDRATACIÓN


Con la práctica de ejercicio físico aumenta la sudoración para equilibrar la temperatura corporal y se pierden agua y electrolitos. Si el organismo está hidratado, el rendimiento, la velocidad y la resistencia física no se verán afectados, ni habrá riesgo de hipertermia (temperatura corporal mayor de 39º centígrados). Las necesidades de líquidos dependen de la duración e intensidad del ejercicio y de las condiciones climáticas (temperatura y humedad). Lo adecuado es aportar bebidas a una temperatura de entre 9-15ºC, beber líquidos (bebidas isotónicas o agua de mineralización débil) media hora antes, durante y al acabar el ejercicio.



Tipos de dietas



Entrenamiento

Resulta fundamental respetar cada día el número de comidas, su composición y los horarios. Se recomienda distribuir la alimentación en cinco tomas: desayuno, comida y cena y un almuerzo o merienda al menos una hora antes del entrenamiento. La comida fuerte previa al entrenamiento deberá realizarse al menos 3 horas antes del mismo.

Competición

La dieta de competición abarca los tres días previos y el día de la competición. Los días previos el deportista tiene mayor motilidad gastrointestinal debido al estrés que le supone competir, lo que se asocia a diarrea. Conviene que durante esos días la comida sea rica en carbohidratos y pobre en grasas y fibra, para mejorar su tolerancia, reducir la diarrea y la mala absorción de nutrientes. La comida deberá realizarse 3 horas antes de la prueba para asegurar un adecuado vaciado gástrico, optimizar las reservas de glucógeno y conseguir unos niveles de glucosa en sangre normalizados.

Recomendaciones generales:

  • Incluir una buena ración de arroz o pasta y evitar la legumbre y las ensaladas en la comida previa a la prueba.
  • Disminuir el aporte proteico para facilitar la digestión. Preferir el pescado blanco a la carne y acompañarlo de patatas al vapor o al horno.
  • Sustituir el pan integral por pan blanco.
  • Incluir como postre yogur natural, tomar zumos en lugar de fruta fresca.
  • Asegurar un adecuado aporte de líquidos.
  • Una hora antes de la competición, conviene ingerir bebidas isotónicas, pan o galletas. Durante la competición, sólo se debe aportar alimentos en los deportes de larga duración (carreras, ciclismo, etc.).

Dieta de recuperación
Destinada a recuperar las reservas de glucógeno. Se han de tomar alimentos y líquidos en los 15 primeros minutos tras la prueba, momento en el que el organismo asimila con mayor rapidez los nutrientes ingeridos, sobre todo los carbohidratos. Dicha toma debe aportar entre 0,7 gramos y un gramo de carbohidratos por kilo de peso. Después, cada 2 horas, se aconseja tomar unos 50 gramos de carbohidratos.
En ocasiones será preciso recurrir, bajo el control de un especialista, a suplementos de aminoácidos y antioxidantes -que aceleran la recuperación muscular- especialmente si se practican deportes de mucho desgaste.

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