EL ARTE EN LA COCINA ES SANO.....

A la nueva cocina se le puede llamar comer. La utilización de nuevas técnicas en las cuales se echa humo, se deshidrata o se deja la comida a medio hacer diciéndolo muy coloquialmente, eso es sano?.
Si al cabo de la vida se realizaba técnicas como pasteurización, esterilización, calentamiento a cierta temperatura, congelación, etc... Porque en nuestros días se consume pescado crudo, marisco recién cogido del mar a la boca, carne poco echa (dependiendo el tipo de carne), huevos sin ningún proceso de higienización, quien nos vende la moto?.
No he indagado en esas nuevas técnicas que son arte, pero cuando me voy a comer una hamburguesa o un tartar y me presentan en el plato ese trozo de carne que esta marinada o vuelta y vuelta por la plancha sin haber pasado por un proceso de higienización, eso no es sano. La de microorganismo y parásitos que podemos estar comiendo sin darnos cuenta porque la cocina en nuestros días es arte.

Os dejo una pequeña referencia de que ocurre si consumimos ciertos alimentos sin ningún proceso de higienización.



Pescados y mariscos 

Los productos de origen marino pueden contener anisakis y virus como el de la hepatitis A
Los pescados y algunos mariscos, como cefalópodos, pueden tener larvas de anisakis que, en el caso de consumirse crudas, podrían ocasionar problemas de salud. Los tratamientos térmicos son el método tradicional de inactivación de las larvas de anisakis, que no soportan más de unos segundos a temperaturas por encima de 60ºC. Para que esta temperatura alcance a las larvas, sobre todo en piezas grandes de pescado, se recomienda mantenerla durante alrededor de 10 minutos. De lo contrario, la congelación previa a 20 grados bajo cero durante 24-48 horas, o más en congeladores de baja potencia, es el procedimiento más eficaz para inactivar al parásito.
Los alimentos de origen marino también pueden contener microorganismos, como vibrios (V. parahemolítico), o virus, como el de la hepatitis A, todos inactivados por el calor del cocinado, aunque en el caso de consumirse crudos pueden originar enfermedades. 
Los moluscos bivalvos (ostras, mejillones, almejas...) son organismos filtradores de grandes cantidades de agua que concentran microorganismos, por lo que resulta indispensable un proceso de depuración previo a su venta y consumo, incluso en el caso de su ingestión tras un proceso de cocinado. Un origen de confianza es, en la mayoría de los casos, garantía suficiente para un consumo sin consecuencias negativas para la salud. 

Carnes y leche 

El consumo de carne cruda o poco hecha se relaciona con desarrollo de toxoplasmosis, una patología peligrosa, sobre todo, durante el embarazo. Además, la carne puede albergar microorganismos contaminantes como Campylobacter, Yersinia o Salmonella, de forma especial, en las carnes de origen aviar (pollo o pavo) que pueden ingerirse en alimentos crudos o poco cocinados. La carne de cerdo poco hecha ha transmitido la triquinosis, un parásito casi erradicado de la cadena alimentaria en los países desarrollados. 

La leche es un alimento de origen animal que, por su gran riqueza en nutrientes, tiene capacidad para tener contaminantes microbiológicos, como Brucella, el agente causante de la brucelosis o "fiebre de Malta". Un tratamiento industrial adecuado, en la mayoría de los casos térmico, garantizará un alimento correcto desde el punto de vista sanitario. En caso de tratarse de leche casera cruda, deberá hervirse el tiempo suficiente, incluso varias veces, para eliminar los posibles patógenos contaminantes. 

Los huevos

No es recomendable, por razones nutricionales y de seguridad alimentaria, consumir grandes cantidades de huevo crudo. Éste contiene una sustancia denominada avidina, que actúa como antinutriente, puesto que bloquea la absorción de la biotina y puede originar una deficiencia vitamínica que se ha detectado en culturistas que toman abundante clara cruda para incrementar su masa muscular. El tratamiento térmico habitual en el cocinado del huevo provoca la desnaturalización de la avidina y permite que la biotina quede disponible para el organismo.
Así lo recomiendan expertos del Instituto de Estudios del Huevo, un centro de investigación especializado en el análisis y divulgación de todos los temas relacionados con este alimento tan básico en la dieta, pero que es uno de los productos más a menudo vinculado con toxiinfecciones alimentarias, que se pueden evitar si se siguen unas sencillas precauciones.


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